lunes, 18 de julio de 2011

De historias breves y otros comienzos

Se fué. Simbolizando una nueva entrada en mi vida y comenzando a huir de paradigmas interminables.
Vino. Como las olas del mar arremeten de pronto en las rocas, dejando en ellas un constante filo de desgracia en donde se graba a tiempo a tientas y sin demora las huellas que deja el tiempo entre ambos.
Asi dejó el tiempo entre nosotros, como si hubieras venido a diario, como si hubieras taladrado en vano las esperanzas.
No hay lugar a arrepentimientos ni de falsedades.
Orillame ahora a buscarte en donde no te pudiera encontrar jamás.
Auséntate y vete lo más lejos posible para seguirte buscando noche tras noche en sueños profundos y agonizantes.
Haz caso omiso del dolor que emanaban mis ojos cuando te tenía y no.
Ahora ya no eres nada y en el vacío de cualquier silencio te apareces amenazando un regreso, un regreso inevitable.
Te olvidé y no. Al regreso de tu ocaso donde todo para ti es nada y en mi, en mi sigues constante en palabras pero no en hechos, en eso ya no.

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