miércoles, 11 de abril de 2012

Del corazón oprimido.


Si pronuncio tu nombre en todas las tormentas
si desapareciera el instante en que me rescataste
si tan solo el refugio de tus cálidos brazos se fuera
cuando cayera la lluvia un milagro vendría,
en lo profundo del mundo un lugar hallaría
yo diría tu nombre evocando el recuerdo
aunque resonara en lo más lejos posible
tendría a bien el quererte sobre el bien o el mal
porque nada existe si no existes
porque el mundo se deshace si te vas
y si ya no te tengo, no sé si el curso
del tiempo siga igual.

Una mañana imposible.


Tú tienes (aunque no lo quiera)
la mirada acechadora del bien, del mal y del olvido
quisieras no vivir, sin embargo eres motivo
estás resignado y te apareces de repente
entre calle y calle, entre nube y nube
tú sabes todo lo que contienes
oh soledad amarga que habitas entre tinieblas
quisiera no quererte pero no puedo
ayúdame a olvidarte, anda, olvídate primero
de amar y ser amado
olvídate de tu gracia, de tu aliento, de tu fortaleza
olvida el gemir del viento, para qué recordarlo si ya no tienes tiempo
olvídate tú de todo lo que sabes
mira a lo lejos y destrózate, al final sólo serás recuerdo
recuerdo que derrama vida por donde pasa
recuerdo que simboliza el dolor de la esperanza
al final sólo serás bronce grabado en los adentros
la inquietud lejana del dolor de amarte.