jueves, 11 de agosto de 2011

Estamos atados.



Hay personas que están atadas a una cuerda elástica y no lo saben, en cierto momento se va cada una por su camino, cada una por su cuenta y la cuerda les deja hacer, les sigue la corriente hasta que acaban olvidándose de ella pero llega el momento en el que la cuerda está por romperse tanto que tienen que reaccionar y no se rompe sino más bien de un golpe seco muy violento consiguen que vuelvan a encontrarse cara a cara.

Así nos pasó.

Lo dejamos pasar.


Tal vez nos vuelva a pasar.


Juro que volverá a pasar.